CALENDARIO AZTECA

viernes, 28 de marzo de 2008

EGIPTO, CRÓNICA DE UN SUEÑO VI

Sábado. 15 de marzo:


Nos despertamos y yo me fui directita a la ventana a mirar las pirámides, a las que nos dirigiriamos en breve, esa mañana me levanté un poco pochita pero me recupere.








Y llegamos, genial, inmensas, espectaculares.



Rama nos fue explicando y tal pero nos dio tan poco tiempo que no pude entrar en ninguna pirámide. Estaba ya harta de los horarios y de estar a tal hora en tal sitio, ese lugar esta para pasear por alli y observar cada piedra. Ver el museo de la barca solar, o simplemente sentarse y mirar.



Estan un poquito echas polvo, el tiempo no perdona....




Pero nada una vueltecita, entramos en una tumba aneja. Lo peor la suciedad que acompaña las pirámides por lo general todo el Cairo es un poco sucio, pero ver latas de coca-cola y de todo, tirado al lado de las pirámides deprime un poco.




Después bajamos a la esfinge, esplendida también.







Y esplendido también el chicuelo que hay detrás de mi en la foto, el que va con traje, muy guapo, pero sorpresa al darse la vuelta, a parte de un bonito culo una bonita arma, yo en toda mi vida habia visto tantas armas, los militares, los policias y muchos con trajes normales, pero con el fusil colgando, muy de "secretas" no van la verdad....








Y ya terminó nuestra experiencia con el grupo, con Rama, siete valientes decidimos ir por libre como yo había planeado. El resto pagaron 150 euros por los días en El Cairo, nosotros pusimos de bote 320 libras (unos 38 euros), para el taxi, las entradas y las comidas. Y siendo bastante generosos con los taxistas, más con el que tuvimos los dos últimos días.


Cuando ellos fueron a una tienda de papiros, como lo de las esencias, comisión para el Rama; los siete valientes bajamos del bus y nada más poner los pies en la acera, tres o cuatro taxis pararon, la cuestión es que no hablaban ni inglés, un lio, un agobio y al final no sé como nos dividimos y cogimos dos taxis para ir al museo del Cairo.








En el mío moni y patry, en el otro, Sandra, bea, ruben y lidia. No apuntamos licencia ni nada, pero llegamos ambos. Primera experiencia en taxi, genial, el tráfico es indescriptible, pero me encanta, sobretodo cuando llaman a la oración. Es una ciudad con mucho sonido. Llegamos al museo y ala para adentro.





Inmenso sin duda también, mucho que ver, aunque con poca explicación, falta orden y algo de información que acompañe, el tesoro de Tutankhamon increíble, los retratos de El Fayum igual….el condón…mil cosas, pero agotado acabas.


Y además me pegué un susto..... Aunque no éramos muchos, nos fuimos disgregando un poco dentro del museo, así que en una de estas me di la vuelta de repente para ver si veía a unos que faltaban y me di casi de morros con una chiquilla, que no creo que fuera mayor que yo pero vestida con el niqab, ya habia visto a más chicas así vestidas y bueno si que impresiona un poco, pero al girarme y casi darme de morros con ella, en un lugar tan lúgubre como alguna sala del museo, te cagas el susto que me pegue, igual que si hubiera viso un fantasma....aunque creo que ella también se asustó al ver mi cara.





Salimos por fin y a la odisea de encontrar otros dos taxis que pudiéramos pagar como uno, creo que este salió por veinte libras, diez cada taxi, nos dirigimos a la ciudadela, estos dos taxis muy majetes con música y se iban buscando para llegar a la vez y por el mismo sitio.






La ciudadela nos dejó con la boca abierta, preciosa y la mezquita de Ali Mohamed igual. Coincidimos con cientos de escolares que iban de visita también, una rápida pasada y a comer que teníamos mucha hambre.


Lo que encontramos fue un italiano, ya sé que debe ser delito ir al Cairo a comer pizza, pero tampoco había mucho más para elegir dentro de la ciudadela.


Cuando terminamos de comer, hicimos fotos de la panorámica del cairo y fuimos a ver las mezquitas pero no nos dio tiempo por no mirar la hora y solo pudimos visitar la de Ali Mohamed, increíble la verdad.








A Sandra la hicieron poner la capita verde esa horrorosa porque se le veían un poco los hombros, al resto nada, descalzarnos a la entrada, pero el suelo del patio estaba calentito así que genial.


Como era pronto decidimos hacer una primera aproximación al Khalili, solo para mirar un poco. Y nada más salir del recinto de la ciudadela un taxista nos abordó, nosotros le decíamos que necesitamos dos taxis que somos siete y él que no que no que cabeis, era un taxi minúsculo y la organización no se le daba muy bien al taxista que digamos.





Nos cambiamos de sitio mil veces. Al final la cosa quedo, en la parte de adelante, el señor taxista de pinta horrible, patry un poco acosada por él, lidia y Sandra. Detrás bea, moni y yo y encima ruben tumbado todo a lo largo jajaj. Unas risas del copon, pero vemos que el pavo tarda en llegar y que nos mete por la Ciudad de los vivos y los muertos, sitio que Ramadan nos dijo que era muy peligroso. Por la nacioanlización del Canal de suez se expropio muchas tierras y muchas personas se quedaron sin nada y fueron al Cairo a vivir pero no había sitio y se instalaron en el cementerio de los mamelucos, una historia triste.






Increible el ver a una paisana echandose la siesta en una tumba.
Por fin nos acercó al Khalili pero no nos dejo justo allí el capullo de él tuvimos que andar unos cinco minutajos para encontrarlo. Nos pasa por usmias y ratas, doce libras que nos costó la carrera, entre siete ya ves, a diez centimos por persona….


Y bajamos al Khalili aunque a un lateral menos barullo pero mejores compras, nos hicimos con unas cajas de nacar preciosas y unas shishas estupendas por un buen precio.



Un par de vueltas más, y ha coger un taxi, otra nueva aventura, íbamos con la idea de coger dos, por lo del tipo anterior, pero un policía nos ayudó y conseguimos uno grande en el que cabíamos perfectamente los siete, nos salió un poco más caro, pero vamos que no mucho entre los siete.




Y al hotel, algunos bajaron a comprar algo de comida por ahí y a cambiar, pero yo me quede duchándome, no tenía hambre la verdad, bajé a por una coca cola al bar y le di a lidia el dinero para cambiar aunque al final estaba cerrado el banco así que nada.
Una charlita y a dormir. Que el día siguiente fue completito.




QUIERO VER LA VÍA LÁCTEA POR LA NOCHE,

QUIERO QUE CUANDO LLUEVA, HUELA A LLUVIA, A TIERRA MOJADA, NO QUIERO QUE HUELA A HUMEDAD DE CIUDAD.

QUIERO QUE CUANDO HAGA VIENTO Y ME DE EN LA CARA RESPIRE OXÍGENO, NO POLUCIÓN.

QUIERO MIRAR POR LA VENTA Y NO VER LADRILLOS.

jueves, 27 de marzo de 2008

EGIPTO, CRÓNICA DE UN SUEÑO V

Viernes. 14 de marzo:

A las dos y media de la mañana o de la noche nos levantamos, cogimos el desayuno-picnic y nos fuimos al autobús, no recuerdo por cuantos barcos pasamos al salir… esa mañana, bueno esa noche esta todo un poco confuso.
Todos con la almohada bajo el brazo como los niños en la guardería a la hora de la siesta.
Ahora recuerdo la magnífica vía láctea y las estrellas, fui de las pocas, ya que la mayoría con su almohada dormían plácidamente, pero yo soy incapaz y vi esa noche espectacular, el amanecer y el desierto.




A las tres horas o así llegamos en el convoy que nos llevaba que quedo a comienzos del camino. Abu simbel no me impresiónó tanto como al resto, lo sé….Rama nos explicó un poco fuera, y entramos al templo de la reina y después al de Ramsés, un agobio de gente, de calor, no deberían dejar entrar a tanta gente a la vez. Un pájaro (Horus me saludó a la llegada) y una pajarito pequeño dentro del templo nos sacó una sonrisa. La gente que no sabe leer y hace fotos a esas magníficas pinturas.
Cansancio.

Y al bus, otras tres horas en las que poco pero algo cerré el ojo.
A hacer las maletas, comer y esperar un par de horas para salir al aeropuerto en la cubierta, después de pagar la cuenta y recuperar nuestro pasaporte.
Un adiós al barco.
Ves tu maleta en la calle y te alegras, notas que tu maleta ya pesa algo más y te asustas porque no podrás comprar todo lo que quieras en el Khalili por el exceso de peso.
Una despedida a Aswan y al aeropuerto, era ya casi de noche, unas compras en el estanco (que barato esta el cartón!!!!) unas galletitas y al avión.
Pequeño problema con el cuchillo nubio que patry compró para Nico y que se olvidó facturar, pero nada al final majos los policías, nos dejan embarcar.

Viaje corto, despegas, aterrizas y tienes sueño, unas cabezaditas de segundos si que pegue, y no más porque no me dio tiempo. Esta vez encontré rápido mi maleta y mientras el resto la localizaban cambie dinero por fin, ya tenía libras egipcias, un buen taco.
El hombre de Royal nos llevó al bus y vimos por fin el tráfico del Cairo mientras el señor nos contó la historia del compromiso matrimonial entre egipcios, incluido el beso en la boca entre la suegra y la nuera…
Llegamos al hotel y descubrimos una amplia habitación triple, yo me agencié la supercama de matrimonio. Teníamos tele con televisión española y todo, y unas magníficas vistas, veímos las dos grandes pirámides, además en ese momento estaba el espectáculo de luces y sonidos, la luz la vimos pero el sonido era el de los cláxones de la avenida del hotel. Aunque en la habitación fallaba mucho la luz, no teníamos en el techo. Nos dimos una duchita y para no complicarnos bajamos a cenar al restaurante del hotel unos pocos, una buena lasaña. Un ratito de tele y a dormir, que el día siguiente iba a ser largo.

EGIPTO, CRÓNICA DE UN SUEÑO IV

Jueves. 13 de marzo:

Por la mañana solo fuimos a ver el Templo de Sobek todos con las chilabas puestas, aunque era pronto creo que todos los pasajeros de las motonaves cercanas a la nuestra fuimos a verlo a la vez, y la cola era inhumana, la gente empujándose…un show e incluso el Rama tuvo algún problemilla con los agentes aunque yo no estaba presente.








Muy guay el templo sobretodo el pozo de los cocodrilos. Luego al barco que teníamos que navegar hacia Aswan.








Era pronto cuando regresamos al barco y se empezó a mover. Y a mirar por la ventana de nuevo:








En esa mañana algunos se bañaron yo me quede en la terraza de abajo con unas cuantas charlando y mirando el magnífico paisaje, comimos y al poco fuimos a dar un paseo en falucas, salimos directamente por la parte de atrás del barco, y genial el paisaje, paramos en una parte segura del Nilo donde algunos se bañaron….con el frío que hacía.










Antes fuimos a la tienda de esencias a la que nos llevo Rama ya sabes esas en las que el guía se lleva una comisión, casi nadie compro nada, somos estudiantes y eran muy caras, nos llevamos un te y yo unos collares ambientadores que compre a la puerta de la tienda a un niño.

También vimos la gran presa de Aswan donde los militares no se que nos contaban de que no podíamos estar donde estábamos. Grande pero prescindible.




Después del baño ya mencionado y mientras patry y yo comenzamos a mirar en los puestecillos y a mi solo me dio tiempo a comprar un obelisco, fuimos a montarnos en camello, guay, sobretodo cuando corrían un poco, bonito el llegar en faluca a ese lugar justo cuando un parroquiano andaba rezando al atardecer, una bonita estampa.





Aunque los bichos tienes que estar hasta las narices de tanto guiri que le hace dar un minipaseo en círculo. Y luego fuimos al poblado nubio, muy guay, allí se nos hizo de noche, unos tatuajes de henna (el primero, que no el único), un cocodrilo en la mano, unos tes, una fotos y a la faluca que nos llevaba al barco. En esos paseos en faluca excepto en el último que ya hacia bastante frio yo iba en la popa adelante, como en Titanic jajaja. Un paisaje delicioso de verdad.













Cenamos y esa noche había fiesta Nubia. Unos bailes y sin más, pero el gracioso de Ramadan nos sacó a Sandra, a Moni, a mi y a otro desconocido a bailar y hacer unas cosas raras, que vergüenza, compramos unos dvds no sé si saldrá allí, pero vamos, que risas….

Esa noche saque el ron y al final solo quedamos Sandra, Rubén y yo, los tres valientes. Al día siguiente era Abu simbel y nos teníamos que levantar a las dos y media de la mañana. No creo que durmiera más de una hora y poco....

miércoles, 26 de marzo de 2008

EGIPTO, CRÓNICA DE UN SUEÑO III

Miércoles. 12 de marzo:

Este día madrugamos menos, y admiré el nilo a mis pies en la ventana, privilegio del subsuelo aunque también puede aparecer algún pequeño faluquero que te de un buen susto mañanero. Aunque tienes excusa para no comprar, tus ventanas no se abren.

Esta es una de las fotos que sin duda más me gustan, estuve mirando al Nilo un buen rato:





Tengo los recuerdos cambiados pero creo que fuimos a ver el templo de Edfú, allí en la sombra nos explicó Ramadán el templo y casi Sixto muere al caerse un trozo de adobe gracias a algún ave, eran los adobes que formaban parte de las casas de los sacerdotes alrededor del templo. Espectacular las columnas, el laboratorio con todas las esencias.








La típica foto:






Después en un poquito de tiempo libre fuimos a comprar las chilabas para la fiesta de la noche. Que agobio. A Lidia y a mi nos agarró uno de los vendedores y ya no vimos más, era nuestro primer regateo y encima con euros, el hombre te quita las gafas de sol, la gorra, la mochila…vamos si es España ya piensas que no vuelves a ver nada, pero la verdad es que allí lo de los robos no se daba.

Al final yo compre una chilaba preciosa negra con los bordados en azul, dos pañuelos para la cabeza del mismo azul. Y al final le saque otro pañuelo negro, unos pendientes y un collar, creo que pague por todo unos 15 euros, muy caro lo sé, pero el agobio no nos dejó más. Ya en el Cairo aprendimos bien a regatear. Conseguimos llegar al bus entre cientos de vendedores que nos increpaban por todos lados.

Fuimos al bus muertos, esperando esa tarde pasar la esclusa. Este día nos encontramos unos cisnes-toallas fue el único día debe ser porque estábamos abajo, los olvidados, porque a otros si que les hicieron más muñecos con las toallas, aunque el despertarte con el Nilo al ras, es genial, con la luz reflejándose era impagable.




Comimos y yo pensaba meterme en la cama, pero como nos dijeron que sobre las cuatro la pasaríamos pues me quede, le encargamos a Rama los objetos de plata que queríamos, yo me pille una rueda de calendario, con mis iniciales en medio en jeroglífico, y pasamos la presa, los niños hay gritando y tirándote fundas de carretes para que le metieras dinero, yo ni me puse el bañador, me quede un rato en la tumbona y tal, hablando y viendo el espectacular paisaje y por supuesto el maravilloso atardecer y ya me fui a duchar sobre las siete de la tarde.

Antes de pasar la esclusa:




El paisaje ribereño:




Y el espectacular atardecer sobre el Nilo:










Fuimos a cenar y de casualidad era el cumpleaños de una pasajera y como debe ser costumbre le cantamos esto:
Cenamos y a la habitación a ponernos guapas. En ella habían hecho un muñeco con las toallas como a todos, pero en el nuestro en vez de utilizar una chilaba les debió de gustar más mi pijama y estaba monísimo el muñeco.


Fuimos a la cafetería, todos guapísimos con la chilaba, de destacar Sixto, Lidia y Victor que parecían de la zona, Sixto era el segundo de Alkaeda. Ya pondré alguna otra foto mejor cuando me pasen las fotos ya que yo esa noche apenas hice ninguna.

Allí comenzaron a hacer juegos muy divertidos, pero acabaron pronto una pena, y aunque subimos a la cubierta de arriba y tal a charlar cerca de las doce todos en la cama, allí Rubén nos volvió a dar el magnifico relato de la roldana con el que sorpresivamente nos estuvimos escojonando todo el viaje.
Y a dormir, que solo era el tercer día.....




lunes, 24 de marzo de 2008

EGIPTO, CRÓNICA DE UN SUEÑO II

Martes, 11 de marzo:


El despertador sonó realmente pronto. A las cuatro y media sonó mi reloj, sonó el móvil de Ana y sonó el teléfono de la cabina.

Fue una noche horrible, una cama extraña, los sonidos, del barco, de las falucas de alrededor, y de las llamadas a la oración ( y los ronquidos de las compañeras). Creo que no dormí ni veinte minutos seguidos, en el desayuno mi cabeza se movía aunque el barco estuviera parado.
Nos vestimos, metimos todo lo necesario en la mochila, nos dimos crema, antimosquitos y fuimos a desayunar.

Y al bus.
Nuestra primera parada era el Templo de Karnak, una auténtica maravilla. Era muy pronto pero ya había gente, Ramadán nos explicó un poco el templo y allá fuimos a admirar sus columnas.







Por supuesto que giré entorno al escarabajo, aunque tan pendiente estaba de grabarlo en video, de contar y de no caerme a la vez que creo que al final no pedí ningún deseo.







El tiempo libre acabó, que poco eche de menos esto de los horarios en los días que fuimos por libre.






Y otra vez al bus, esta vez para ver el Templo de Luxor, muy interesante ver la mezquita sobre el templo y la iglesia cristiana con restos de templos paganos.






La explicación, las fotos y ya nos teníamos que volver a ir, esta vez a una lancha para cruzar el Nilo.





El autobús nos estaba esperando en la otra parte del río. La parte funeraria. Pasamos para ver los Colosos de Memmon, pero nada foto y al bus. Allí estaban trabajando unos arqueólogos, más de uno nos hubiéramos quedado allí con ellos trabajando al sol, sin ningún tipo de problema.







Hacía mucho calor, fue el día más caluroso de todos, serían las diez y media de la mañana o así cuando nos dirigíamos hacia el Valle de los Reyes, también empezó a entrar la gusa, menos mal que nos habíamos fabricado unos minibocadillos con el desayuno. Allí vimos un poquito el museo del valle, Ramadán nos fue explicando todo y cogimos el trenecito que nos llevaba a las tumbas. Allí el calor ya era inhumano. Nuestra entrada nos permitía ver tres tumbas, y como algunas que queríamos ver estaban cerradas , pues hicimos caso a lo que nos dijo Rama y vimos las tumbas de Ramses I, Ramses IV y Ramses IX, si no me equivoco. Mucho agobio de gente, me decepcionaron un poco, no eran muy grandes, y bueno como nadie te las explica pues si las ves, pero vamos…..hacia mucho calor, el poco oxígeno consumido por todos. Cansados y muertos fuera de las tumbas esperando que llegará la hora acordada para volvernos. Nos encontramos con Rama y la adelantamos, todos al trenecito para ir al bus. Pero nos olvidamos de las dos filólogas que andaban por su cuenta. Pero luego las encontramos y no paso nada.



Aún nos faltaba otra excursión esa mañana interminable. El templo de Hatchepsut, el cual ya vimos desganados, muertos de calor y de cansancio. En el bus Rama nos explicó, nos dijo lo de los polacos que había restaurado y a lo que les habían sobrado bastante piedras que pudimos ver a un lado del templo. Nos contó lo del atentado y algunas cosillas más. En este momento me dirigía al baño, bueno a un remolque de caravana o algo así con las letras WC pintadas fuera, se lo comentó a Rama y me da unas libras, me dice a esta meada te invito yo jajaj, nunca me habían invitado a una meada. Como tienes que dar propina por todo, pues ya sabes.
Nos montamos en otro trenecito que acercaba a los cansados turistas a los pies del templo. Aunque después hay que subir todas esas escaleras… el templo nos decepcionó un poco aunque estoy segura de que fue por el cansancio y el calor acumulados, no se pueden ver tantas cosas en un día y luego tener la tarde libre, esta muy malo organizado. El templo pequeño al menos la parte visitable, y más teniendo en cuenta que los polacos lo redujeron. Rama nos contó que hacía unos meses unos arqueólogos belgas descubrieron una tumba encima del templo, del ayudante del arquitecto, que da información sobre la paternidad del hijo de la única faraona que sería su arquitecto. Muy interesante.



A la vuelta y en cinco minutos vimos por fuera Medinat Habu precioso.







Matados, sin ni siquiera mirar los puestos que había de vuelta al bus, nos montamos y nos dejamos llevar al barco en Luxor, no habíamos podido cambiar de moneda, aún. No había tiempo, y Rama nos aconsejaba que no lo hiciéramos pero ni de coña, aquí a cabezona…. No sé muy bien a que hora llegaríamos al barco, supongo que sobre las cuatro o así, una lavadita de manos y a comer. Pero yo estaba destrozada, el cansancio, el calor, el sueño me fui a la cama directamente, no dormí mucho pero al menos descansé.
Compartía camarote con Lidia y con Ana, y creo que ellas subieron a la piscina, a tomar el té o el sol o algo. Yo anduve toda tirada hasta la hora de la cena. Comimos ese magnífico buffet. Y por la noche la verdad es que no recuerdo muy bien que hicimos, creo que fue el día en que abrimos el ron que llevábamos Lidia y yo, pero la gente es una muerma y se fueron todos prontito a la cama, nos quedamos en la cubierta de abajo, en las terracitas tomando unos algos y a la cama en breve. Esa noche hubo disco en la cafetería pero pasando....

Otra noche la camita y creo que esta si que dormí bien, gracias a mis drogas legales, mis tapones para los oidos y el cansancio.