CALENDARIO AZTECA

jueves, 23 de septiembre de 2010


Los retratos del Fayum son el sueño de cualquier historiador.

Son auténticas fotografías del pasado. Poder ver el rostro verdadero de personas que vivieron en un tiempo en el que la cámara de fotos no estaba ni mucho menos imaginada.

En concreto el retrato que he subido siempre me ha llamado mucho la atención, los ojos de este romano, parece que te están mirando directamente. Seguro que nunca imagino que su rostro estaría en un museo y que miles de personas vieran sus ojos casi dos mil años después de muerto.


En pocas ocasiones llegan hasta nosotros retratos sobretodo por ser la madera la base donde se realizaban, pero las características de la región egipcia hicieron que se sellasen y que se conservaran en perfecto estado. Como he dicho un sueño.

Qué historiador o arqueólogo no quiere ver el rostro del individuo que está estudiando, viendo sus ropajes, sus adornos, su fisonomía y sus ojos sobretodo su mirada. Un regalo de la casualidad que ojala se repita en más ocasiones.

domingo, 19 de septiembre de 2010

DEP


No sé si recordar los sueños es una suerte o no. Pero yo siempre me acuerdo al menos de uno de ellos, todas las noches.


Y el de esta noche, ha sido como decirlo…raro.


Yo vivía con mi familia (no la real, sino otra totalmente diferente) en mi pueblo de Salamanca, la casa estaba localiza en el mismo sitio donde está la real, pero su estructura interna no tenía nada que ver con la autentica. Era una casa enorme y preciosa, de las típicas de los pueblos, una casa que siempre me hubiera gustado tener.


Y mi familia y yo en nuestra casa teníamos una especie de negocio, un tipo de casa rural, ya que teníamos muchas habitaciones…pero con espectáculo.


Había gente que venía a nuestra casa para ver como se trataba la muerte en los pueblos antiguamente. Como se trataba al difunto, las celebraciones, el luto…cosas que para los más jóvenes son totalmente desconocidas.


También había gente que iba a morir allí, allí se hacían velatorios de noches enteras, amortajamientos, plañideras, tijeras, espejos tapados…y todo visto, como un espectáculo para gente de la ciudad.


La muerte sirviendo para atraer el turismo.


Increíble. Recuerdo que el muerto era británico, y recuerdo a sus hermanas vestidas de negro llorando sentadas en un banco de la casa. Y recuerdo a los “turistas”…

Pero no daba miedo, para nada. Era visto como un negocio....se había separado lo horrible de la muerte con la alegria de la gente nueva en la casa, gente joven que venía a pasar unas vacaciones diferentes. Y la rutina de un trabajo que haces todos los días.
Un triste negocio.