CALENDARIO AZTECA

lunes, 24 de marzo de 2008

EGIPTO, CRÓNICA DE UN SUEÑO II

Martes, 11 de marzo:


El despertador sonó realmente pronto. A las cuatro y media sonó mi reloj, sonó el móvil de Ana y sonó el teléfono de la cabina.

Fue una noche horrible, una cama extraña, los sonidos, del barco, de las falucas de alrededor, y de las llamadas a la oración ( y los ronquidos de las compañeras). Creo que no dormí ni veinte minutos seguidos, en el desayuno mi cabeza se movía aunque el barco estuviera parado.
Nos vestimos, metimos todo lo necesario en la mochila, nos dimos crema, antimosquitos y fuimos a desayunar.

Y al bus.
Nuestra primera parada era el Templo de Karnak, una auténtica maravilla. Era muy pronto pero ya había gente, Ramadán nos explicó un poco el templo y allá fuimos a admirar sus columnas.







Por supuesto que giré entorno al escarabajo, aunque tan pendiente estaba de grabarlo en video, de contar y de no caerme a la vez que creo que al final no pedí ningún deseo.







El tiempo libre acabó, que poco eche de menos esto de los horarios en los días que fuimos por libre.






Y otra vez al bus, esta vez para ver el Templo de Luxor, muy interesante ver la mezquita sobre el templo y la iglesia cristiana con restos de templos paganos.






La explicación, las fotos y ya nos teníamos que volver a ir, esta vez a una lancha para cruzar el Nilo.





El autobús nos estaba esperando en la otra parte del río. La parte funeraria. Pasamos para ver los Colosos de Memmon, pero nada foto y al bus. Allí estaban trabajando unos arqueólogos, más de uno nos hubiéramos quedado allí con ellos trabajando al sol, sin ningún tipo de problema.







Hacía mucho calor, fue el día más caluroso de todos, serían las diez y media de la mañana o así cuando nos dirigíamos hacia el Valle de los Reyes, también empezó a entrar la gusa, menos mal que nos habíamos fabricado unos minibocadillos con el desayuno. Allí vimos un poquito el museo del valle, Ramadán nos fue explicando todo y cogimos el trenecito que nos llevaba a las tumbas. Allí el calor ya era inhumano. Nuestra entrada nos permitía ver tres tumbas, y como algunas que queríamos ver estaban cerradas , pues hicimos caso a lo que nos dijo Rama y vimos las tumbas de Ramses I, Ramses IV y Ramses IX, si no me equivoco. Mucho agobio de gente, me decepcionaron un poco, no eran muy grandes, y bueno como nadie te las explica pues si las ves, pero vamos…..hacia mucho calor, el poco oxígeno consumido por todos. Cansados y muertos fuera de las tumbas esperando que llegará la hora acordada para volvernos. Nos encontramos con Rama y la adelantamos, todos al trenecito para ir al bus. Pero nos olvidamos de las dos filólogas que andaban por su cuenta. Pero luego las encontramos y no paso nada.



Aún nos faltaba otra excursión esa mañana interminable. El templo de Hatchepsut, el cual ya vimos desganados, muertos de calor y de cansancio. En el bus Rama nos explicó, nos dijo lo de los polacos que había restaurado y a lo que les habían sobrado bastante piedras que pudimos ver a un lado del templo. Nos contó lo del atentado y algunas cosillas más. En este momento me dirigía al baño, bueno a un remolque de caravana o algo así con las letras WC pintadas fuera, se lo comentó a Rama y me da unas libras, me dice a esta meada te invito yo jajaj, nunca me habían invitado a una meada. Como tienes que dar propina por todo, pues ya sabes.
Nos montamos en otro trenecito que acercaba a los cansados turistas a los pies del templo. Aunque después hay que subir todas esas escaleras… el templo nos decepcionó un poco aunque estoy segura de que fue por el cansancio y el calor acumulados, no se pueden ver tantas cosas en un día y luego tener la tarde libre, esta muy malo organizado. El templo pequeño al menos la parte visitable, y más teniendo en cuenta que los polacos lo redujeron. Rama nos contó que hacía unos meses unos arqueólogos belgas descubrieron una tumba encima del templo, del ayudante del arquitecto, que da información sobre la paternidad del hijo de la única faraona que sería su arquitecto. Muy interesante.



A la vuelta y en cinco minutos vimos por fuera Medinat Habu precioso.







Matados, sin ni siquiera mirar los puestos que había de vuelta al bus, nos montamos y nos dejamos llevar al barco en Luxor, no habíamos podido cambiar de moneda, aún. No había tiempo, y Rama nos aconsejaba que no lo hiciéramos pero ni de coña, aquí a cabezona…. No sé muy bien a que hora llegaríamos al barco, supongo que sobre las cuatro o así, una lavadita de manos y a comer. Pero yo estaba destrozada, el cansancio, el calor, el sueño me fui a la cama directamente, no dormí mucho pero al menos descansé.
Compartía camarote con Lidia y con Ana, y creo que ellas subieron a la piscina, a tomar el té o el sol o algo. Yo anduve toda tirada hasta la hora de la cena. Comimos ese magnífico buffet. Y por la noche la verdad es que no recuerdo muy bien que hicimos, creo que fue el día en que abrimos el ron que llevábamos Lidia y yo, pero la gente es una muerma y se fueron todos prontito a la cama, nos quedamos en la cubierta de abajo, en las terracitas tomando unos algos y a la cama en breve. Esa noche hubo disco en la cafetería pero pasando....

Otra noche la camita y creo que esta si que dormí bien, gracias a mis drogas legales, mis tapones para los oidos y el cansancio.

No hay comentarios: