CALENDARIO AZTECA

miércoles, 26 de marzo de 2008

EGIPTO, CRÓNICA DE UN SUEÑO III

Miércoles. 12 de marzo:

Este día madrugamos menos, y admiré el nilo a mis pies en la ventana, privilegio del subsuelo aunque también puede aparecer algún pequeño faluquero que te de un buen susto mañanero. Aunque tienes excusa para no comprar, tus ventanas no se abren.

Esta es una de las fotos que sin duda más me gustan, estuve mirando al Nilo un buen rato:





Tengo los recuerdos cambiados pero creo que fuimos a ver el templo de Edfú, allí en la sombra nos explicó Ramadán el templo y casi Sixto muere al caerse un trozo de adobe gracias a algún ave, eran los adobes que formaban parte de las casas de los sacerdotes alrededor del templo. Espectacular las columnas, el laboratorio con todas las esencias.








La típica foto:






Después en un poquito de tiempo libre fuimos a comprar las chilabas para la fiesta de la noche. Que agobio. A Lidia y a mi nos agarró uno de los vendedores y ya no vimos más, era nuestro primer regateo y encima con euros, el hombre te quita las gafas de sol, la gorra, la mochila…vamos si es España ya piensas que no vuelves a ver nada, pero la verdad es que allí lo de los robos no se daba.

Al final yo compre una chilaba preciosa negra con los bordados en azul, dos pañuelos para la cabeza del mismo azul. Y al final le saque otro pañuelo negro, unos pendientes y un collar, creo que pague por todo unos 15 euros, muy caro lo sé, pero el agobio no nos dejó más. Ya en el Cairo aprendimos bien a regatear. Conseguimos llegar al bus entre cientos de vendedores que nos increpaban por todos lados.

Fuimos al bus muertos, esperando esa tarde pasar la esclusa. Este día nos encontramos unos cisnes-toallas fue el único día debe ser porque estábamos abajo, los olvidados, porque a otros si que les hicieron más muñecos con las toallas, aunque el despertarte con el Nilo al ras, es genial, con la luz reflejándose era impagable.




Comimos y yo pensaba meterme en la cama, pero como nos dijeron que sobre las cuatro la pasaríamos pues me quede, le encargamos a Rama los objetos de plata que queríamos, yo me pille una rueda de calendario, con mis iniciales en medio en jeroglífico, y pasamos la presa, los niños hay gritando y tirándote fundas de carretes para que le metieras dinero, yo ni me puse el bañador, me quede un rato en la tumbona y tal, hablando y viendo el espectacular paisaje y por supuesto el maravilloso atardecer y ya me fui a duchar sobre las siete de la tarde.

Antes de pasar la esclusa:




El paisaje ribereño:




Y el espectacular atardecer sobre el Nilo:










Fuimos a cenar y de casualidad era el cumpleaños de una pasajera y como debe ser costumbre le cantamos esto:
Cenamos y a la habitación a ponernos guapas. En ella habían hecho un muñeco con las toallas como a todos, pero en el nuestro en vez de utilizar una chilaba les debió de gustar más mi pijama y estaba monísimo el muñeco.


Fuimos a la cafetería, todos guapísimos con la chilaba, de destacar Sixto, Lidia y Victor que parecían de la zona, Sixto era el segundo de Alkaeda. Ya pondré alguna otra foto mejor cuando me pasen las fotos ya que yo esa noche apenas hice ninguna.

Allí comenzaron a hacer juegos muy divertidos, pero acabaron pronto una pena, y aunque subimos a la cubierta de arriba y tal a charlar cerca de las doce todos en la cama, allí Rubén nos volvió a dar el magnifico relato de la roldana con el que sorpresivamente nos estuvimos escojonando todo el viaje.
Y a dormir, que solo era el tercer día.....




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