
No estudiamos las piedras, eso lo hacen los arquitectos, ni estudiamos las pinturas, eso lo hacen los historiadores del arte, ni estudiamos las capas geológicas, eso lo hacen los geólogos, ni estudiamos los epígrafes, eso lo hacen los filólogos, ni estudiamos las semillas, eso lo hacen los carpólogos, ni las esculturas, ni los materiales de construcción, ni los fósiles....
Estudiamos al hombre, sus costumbres, sus relaciones, sus sentimientos, su cultura...aunque para ello tengamos que hacer de arquitectos, geólogos o antropólogos.
La mayoría de la gente te dice eso de: a excarvar piedras o cosas viejas, para nada, si tuviéramos un archivo donde estuviera guardada toda la información los yacimientos simplemente serían lugares "bonitos""nostálgicos" sin ningún otro sentido.
Pero antes de la llegada de la "historia" no se conservar documentos y después los que hay son fragmentarios. Necesitamos de las piedras y de todo lo que contienen para intentar clarificar lo que hemos sido desde que existimos, algo que debería de interesarles a todos, es nuestra historia.
Todo hay que decir que la idea romántica de la arqueología sigue ahí, no ya tipo Indiana Jones, pero cuando encuentras cualquier cosa, que lleva dormida miles de años, te sientes muy bien, y lo gritas para que todos los demás se mueran de envidia jajaj.
Una de las primeras cosas que encontré en mi primer año de universidad, en Tiermes fue una canica romana, pufff sabes que alguien jugó con ella hace dos mil años..aunque cualquier pequeño resto de cerámica es importante, ya se sabe muchas veces la madera da más información que el oro.
La cerámica, como la eche de menos en Munoaundi.....
Los arqueólogos tienen el problema de que tienen que saber un poco de todo, lo perfecto sería tener en cada yacimiento un equipo multidisciplinar de arqueólogos,. historiadores, geólogos, topógrafos, antropólogos, restauradores....y un larguísimo etcétera, pero ya se sabe eso es casi imposible. Así que tienes que saber diferenciar los tipos de cerámica y su cronología, utilizar la estación total, reconocer las capas geológicas, sacar esqueletos, reconocer el opus caementicium o conocer las pinturas pompeyanas.
Son superhombres a los que le apasiona su trabajo y muchas veces se olvidan de su vida, porque no hay tiempo suficiente, porque pueden estar excavando aquí y allá durante cuarenta años, que saben hacer de todo pero que solo saben de arqueología.
Estudiamos al hombre, sus costumbres, sus relaciones, sus sentimientos, su cultura...aunque para ello tengamos que hacer de arquitectos, geólogos o antropólogos.
La mayoría de la gente te dice eso de: a excarvar piedras o cosas viejas, para nada, si tuviéramos un archivo donde estuviera guardada toda la información los yacimientos simplemente serían lugares "bonitos""nostálgicos" sin ningún otro sentido.
Pero antes de la llegada de la "historia" no se conservar documentos y después los que hay son fragmentarios. Necesitamos de las piedras y de todo lo que contienen para intentar clarificar lo que hemos sido desde que existimos, algo que debería de interesarles a todos, es nuestra historia.
Todo hay que decir que la idea romántica de la arqueología sigue ahí, no ya tipo Indiana Jones, pero cuando encuentras cualquier cosa, que lleva dormida miles de años, te sientes muy bien, y lo gritas para que todos los demás se mueran de envidia jajaj.
Una de las primeras cosas que encontré en mi primer año de universidad, en Tiermes fue una canica romana, pufff sabes que alguien jugó con ella hace dos mil años..aunque cualquier pequeño resto de cerámica es importante, ya se sabe muchas veces la madera da más información que el oro.
La cerámica, como la eche de menos en Munoaundi.....
Los arqueólogos tienen el problema de que tienen que saber un poco de todo, lo perfecto sería tener en cada yacimiento un equipo multidisciplinar de arqueólogos,. historiadores, geólogos, topógrafos, antropólogos, restauradores....y un larguísimo etcétera, pero ya se sabe eso es casi imposible. Así que tienes que saber diferenciar los tipos de cerámica y su cronología, utilizar la estación total, reconocer las capas geológicas, sacar esqueletos, reconocer el opus caementicium o conocer las pinturas pompeyanas.
Son superhombres a los que le apasiona su trabajo y muchas veces se olvidan de su vida, porque no hay tiempo suficiente, porque pueden estar excavando aquí y allá durante cuarenta años, que saben hacer de todo pero que solo saben de arqueología.