Hay veces que vamos a un lugar mil veces y de repente dejamos de ir.
Mis veranos de la infancia estaban entre mi pueblo de Salamanca y Bizcaia. Pero los veranos eran muy largos cuando éramos pequeños y también pasaba tiempo en Valladolid. Y casi todos esos días en Valladolid yo me iba a la piscina de la fábrica donde trabajaba mi padre.
Allí aprendí a nadar, y pasé muchas horas debajo del cerezo. Siempre nos poníamos en el mismo sitio debajo de ese árbol rojo. Al lado del tobogán, al menos hasta que lo quitaron....
Qué de horas me habré pasado allí con mis primos y mi tía. Recuerdo que siempre me comía un mico-lápiz o un mico-bruja después de comer jejeje.
La fábrica además de la piscina era el lugar donde los reyes magos me traían regalos. Un poco raro, porque los podías elegir tú mismo unas semanas antes de la festividad. Recuerdo la sala de lo regalos, todos clasificados por edades. Y la bolsa de ositos de gominola que siempre te regalaban.
Recuerdo también los columpios hechos con ruedas, no podía ser de otra manera, y lo alto que me parecía ese tobogán incrustado entre dos grandes ruedas.
Hace poco hablando con un amigo al que conozco hace muchísimos años pero que no sabía que su padre también trabajó allí y por lo tanto también disfrutó de las instalaciones, nos dimos cuenta de que seguramente nos cruzamos mil veces en la piscina, haciendo cola en el bar o en la fuente.
Hace muchísimos años que no he vuelto a pisar por allí. Pero no me importaría volver a buscar tréboles de cuatro hojas en su césped.
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2 comentarios:
Hola Joanna. 41 años tengo ya y todos los veranos ibamos allí cientos de niños que estábamos tambien de colonias y ahora seguimos yendo para que nuestros peques "disfruten" de aquello que recordamos con cariño, de nuestras añoranzas infantiles.
Todo ha cambiado, pequeñas cosas que hacen que vaya a peor. La piscina sigue teniendo cesped pero muy mal cuidado, lleno de cagadas de conejos que ni siquiera se molestan ya en barrer y tus tréboles han desaparecido como el tobogán de la piscina (hace ya muchos años) y el tobogán de las ruedas, ese que acojonaba mucho cuando el culo daba un bote a mitad de camino.
Hasta se han tomado la molestia de eliminar la sombra de varios árboles que tenían más edad que quien dio la orden de matarlos y dejar bajo el sol abrasador una zona del cesped que siempre disfrutó de buena sombra cuando por las tardes nos bajábamos docenas de niños a jugar al futbol.
El ambiente ha decaido bastante debido a una de las socorristas que por algún motivo que aun desconocemos la siguen manteniendo a pesar de las constantes quejas de los usuarios... con la cantidad de gente maja que hay en paro. Los compañeros socorristas evitaban hasta estar sentados a su lado vigilando la piscina.
Aun así es la piscina del verano, con ese olor a goma que sale de las chimeneas de la fábrica, con esos helados despues de comer, el bocata de la tarde y las 5 horas dentro del agua...
En fin, que si algún día te animaras pudiera ser que aun fuera posible que la visitaras... hay bonos que los socios/as pueden comprar para la familia y amigos.
Querid@ Anónim@ ,en respuesta a sus grandes sutilezas habladas,me imagino,desde el desconocimiento,me gustaría contestarle a esas pequeñas cosas que hacen peor la piscina,como usted dice.
Lo primero respecto a la sombra,e de decirle que se podaron por la integridad de sus cabezones, ya que en tiempos veraniegos el.aire sopla a veces con más fuerza,y llegaron a ser de peligro público. Es normal que en vuestras cabezas vacías no entré el.concepto de peligro,pero en fin.
Por desgracia el país está lleno de parados y gente maja,pero no creo que encuentren alguien con tanta profesionalidad como la de estos socorristas,que sólo hacen que cumplir con su función,y llamar la atención a los 4 que no hacéis ni p...caso.
Por.otro lado creo que si buscas un poco entre este césped bonito encontrarás algún trébol de 4 hojas,si tu mente te da la suficiente inteligencia para encontrarlo claro...
Gracias
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